viernes, 10 de abril de 2009

Ni más sensato que el enamorado

Ni más sensato que el enamorado.
Ni más brillante que las lentejuelas de los peces.
Ni más grande que el pergamino del cielo.
Ni más perfecto que un engranaje de relojería.
Ni más nostálgico que ese puerto que llevo en la memoria.
Así fue tu amor en la frontera.
Entre la palabra y el silencio.
Entre la cumbre y el abismo.
Entre el ahora y la pátina del tiempo.
Entre la duda y la certeza…
De saberte mío o sentirte ajeno.

Juana Schuster